viernes, 16 de enero de 2009

Oxitocina


El enamoramiento es parte de un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral y se proyecta al sistema endocrino. Las feromonas, arropadas por sutiles mezclas de perfume, acaban excitando nuestras pasiones más bajas hasta que, consumado el orgasmo, aparece la oxitocina; con ella, esa profunda conciencia de pertenencia al otro y que, desde tiempos inmemoriales, hemos bautizado con la palabra amor.

La oxitocina es la hormona responsable de que la atracción inicial de paso a un vínculo de amor duradero. La hormona ayuda a forjar lazos permanentes entre amantes tras la primera oleada de emoción. La oxitocina está involucrada en muchos aspectos del amor, desde el maternal hasta el hecho de que algunos logren permanecer felices por décadas con la misma pareja, o que otros sean incapaces de forjar una relación duradera. Varias investigaciones han descubierto que la hormona, que es producida en grandes cantidades por el cerebro durante el parto, la lactancia y cuando hay actividad sexual, es importante para incitar el comportamiento maternal en los animales.

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